*Al alcance de la mano*
Génesis 8:1 dice:
“Dios se acordó entonces de Noé y de todos los animales salvajes y domésticos que estaban con él en el arca. Hizo que soplara un fuerte viento sobre la tierra, y las aguas comenzaron a bajar”.
Cuando Dios se acordó de Noé, no se había olvidado de él porque ignoraba lo que padecía dentro del arca con los animales que hedían. Dios habló en el momento justo para declarar que todo lo que le prometió a Noé “estaba al alcance de su mano” y para mí, este es el sentido real de esta frase.
En concreto, Dios recuerda siempre algo específico que nos dijo en intimidad y no compartió con nadie más, algo que sólo se mencionó entre nosotros. Cuando llega el momento justo, Dios evoca ese pacto en su mente para ordenar su manifestación en ese tiempo específico.
Cuando Dios se acuerda de nosotros entramos en un “tiempo de cumplimiento” donde toda la palabra que nos acompañó desde nuestro nacimiento encuentra un terreno fértil para crecer y lo suficientemente sólido para sostener el peso de esas promesas en el plano material.
Cuando llegó el día de la manifestación de la promesa, toda la generación que se burló de Noé desapareció bajo las aguas, junto con el recuerdo de la burla que soportó más de 100 años. Cuando concluyó la obra, comenzaron a ocurrir toda clase de señales que le confirmaron a Noé que el día de su redención estaba al alcance de su mano.
Cuando llegue nuestro día seremos transformados en una persona completamente diferente y nunca más recordaremos los días malos por causa del gozo del Señor. ¡Aleluya!
✝️Declaración de fe
Señor declaro que no seré impaciente, que espero en ti cada día porque lo prometiste no es que vendrá algún día, sino que ya está otorgado para mi vida, sólo debo prepararme para recibirlo con gran expectativa en ti.
🛐Oración:
Padre, ahora comprendo que desde el día que hiciste un pacto conmigo nunca te olvidaste de tus palabras, te agradezco porque todas tus promesas siempre estuvieron al alcance de mi mano, y creo que llegan en el momento que ya asignaste, no soy impaciente sino paciente y sabio para hablar lo correcto y estar preparado para recibirlo con gozo y alegría, te doy gracias mi Dios en el nombre de Jesús. Amén y Amén.
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